PUBLICADO EN ABC EL 8 DE OCTUBRE DEL 2016

Como ya he tenido ocasión de manifestar en alguna ocasión, la importancia de los Servicios de Urgencias, viene dada, entre otras razones, por la trascendencia que para los usuarios supone acceder de manera rápida y eficaz al sistema sanitario.

Las urgencias hospitalarias parecen ser sinónimo de un problema crónico de nuestro sistema sanitario. Desde hace tiempo, persiste una tendencia creciente en su utilización, a la vez de que existe la percepción, y algunos estudios realizados lo constatan, que una parte importante de los casos se podrían haber atendido en otros niveles asistenciales.

Se considera un problema en la medida que hay una fuerte presión asistencial, que compromete la calidad de la atención y la funcionalidad y eficiencia del conjunto del sistema.

El facultativo debe tomar decisiones inmediatas y dedicar el tiempo necesario en atender al paciente y derivarlo, en su caso, al especialista que corresponda. Y todo ello, debemos insistir, con la presión que supone saber que tiene un gran número de pacientes esperando para ser atendidos.

Podemos manifestar, sin temor a equivocarnos, que los servicios de urgencias están sometidos a la presión a la que antes hacíamos referencia, en el sentido más amplio de la palabra “presión”, social, asistencial, mediática, estréss, etc, y ello provoca que el usuario adopte una posición reivindicativa y de máxima exigencia de cara al profesional, el cual realiza su trabajo de la manera más digna posible y con unos medios técnicos y humanos, a veces muy limitados. Quizás las reivindicaciones de los pacientes, justas en ocasiones, deberían dirigirse hacia los máximos responsables de gestión y exigir la calidad que sin duda merecen.

De todos es sabido que nos encontramos en pleno crecimiento de la cultura de la reclamación hacia los profesionales sanitarios, y desde nuestra recién creada Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana (ADSCV), estamos dispuestos a contribuir a que disminuyan las referidas reclamaciones, realizando actividades en las que puedan participar, tanto la sociedad civil como los profesionales sanitarios, para, entre todos, buscar las soluciones que puedan llevarnos a alcanzar nuestro objetivo.

El temor a equivocarse, la presión por el ritmo de trabajo, el estrés profesional, la falta de recursos y la sobrecarga asistencial, son las principales preocupaciones de los profesionales sanitarios de los servicios de urgencias, que redunda, qué duda cabe, en la asistencia sanitaria que se presta al usuario. Y nada tiene que ver con la cualificación o capacitación, pues contamos con magníficos profesionales, de una gran preparación, que de forma diaria, con esfuerzo y dedicación, realizan una labor digna de elogio.

Si no somos capaces de resolver estas cuestiones, se seguirá practicando una medicina defensiva, de todo punto nada deseable. La inadecuada atención en las urgencias hospitalarias (no imputable al profesional), repercute en la continuidad asistencial, el nivel de información, la excesiva medicalización e indudablemente, un mayor coste para nuestro, ya de por sí, maltrecho sistema sanitario.

Ciertamente, se han realizado intervenciones, como la creación de la figura de centros de urgencias intermedios, los sistemas de cribado o la reordenación interna de los servicios, por no decir la ampliación de la capacidad de la oferta. Sin embargo, los resultados han sido inciertos, y en más de una ocasión contrarios a los esperados, lo que debería llevar a revisar las referidas intervenciones.

Qué duda cabe de que estamos ante un problema complejo que precisa un profundo análisis de los mecanismos de percepción de la necesidad y la demanda, así como la respuesta de la oferta. Y desde nuestra Asociación de Derecho Sanitario de la CV, estamos dispuestos a ser el eje vertebrador que intente dar solución a estas cuestiones, o por lo menos, ser la voz reivindicativa para que las demandas de los profesionales que prestan servicios en las urgencias, se tengan en cuenta. Que así sea.

Carlos Fornes es presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana (ADSCV)